En torno al Dibujo Expandido...
"Corona de lápices" Bernardí Roig
"En 1978, Rosalind Krauss publicó su
famoso artículo titulado “La escultura en el campo expandido”, abriendo el arte
contemporáneo a la oportunidad de desarrollar los lenguajes tradicionales
mediante la hibridación y fusión de medios o recursos y haciendo del espacio
una extensión de la propia obra de arte. Después de varias décadas de continua
“expansión”, muchas propuestas artísticas actuales ya no encajan en categorías
cerradas tales como pintura, escultura, fotografía, dibujo, video o
instalación. El propio dibujo ha dejado de ser considerado un lenguaje
secundario para alcanzar esa plena autonomía que explica las numerosas
exposiciones que se le dedican y su presencia en museos y colecciones
internacionales. Más rico y polivalente que nunca, el dibujo actual ha dejado
de ser esa técnica limitada al trazo sobre el papel para mostrarse como una de
las opciones más consistentes para seguir desarrollando el imaginario colectivo
del mundo contemporáneo. Más que reflejar el proceso creativo o el desarrollo
de una idea, el dibujo, en su vertiente expandida, aparece como un compendio de
soluciones visuales, materiales y tecnológicas que posee tanto la presencia
rotunda de una obra de arte singular como la pluralidad de dimensiones y
contenidos de una instalación.
Continuando la reflexión curatorial que
Pilar Ribal ha llevado a varias exposiciones colectivas presentadas entre 2009
y 2011, “Expanded Drawing 012” examina los trabajos de treinta y tres artistas
internacionales procedentes de Alemania, Brasil, Bulgaria, Corea, Chile, China,
España, Estados Unidos, Francia, Irán, Israel, Italia, Japón, Montenegro, Perú,
Portugal y Reino Unido que desarrollan soluciones y técnicas innovadoras que
disuelven los límites entre todos los lenguajes artísticos convencionales. Se
trata de artistas que incorporan nuevos aspectos materiales o inmateriales a la
creación contemporánea, influidos ya sea por el conocimiento de la ciencia, por
el desarrollo de la informática, por la investigación y aparición de nuevos
materiales o por el deseo de seguir amplificando su compresión, apropiación y
transformación de la realidad.
Fiel reflejo de la progresiva expansión de
la conciencia de los seres humanos del siglo XXI, estas prácticas suponen una
sustancial aportación al arte contemporáneo, pues vuelven a poner en el centro
del quehacer artístico la obtención de una “obra”, de un producto artístico
poseedor de significados y valores elevados.
Es cierto que en un periodo relativamente
breve de tiempo hemos aprendido a relacionarnos de un modo muy distinto con las
palabras y las cosas (Foucault) y que somos capaces de entender de un modo
multidisciplinar una realidad cada vez más “líquida” (Bauman). Nuestro universo
mental y físico, los conceptos que manejamos o los aspectos intelectuales y
sensoriales que rigen nuestra experiencia de vida han dejado de pertenecer a
categorías arbitrarias. Lo evanescente, lo fugaz y lo transitorio convive
armónicamente con la estabilidad de lo material. Lo perenne y lo efímero se
complementan. Hemos franqueado el umbral de una nueva conciencia.
Analógicas de ese nuevo individualismo
propio de los tiempos hipermodernos (Lipovevski), estas creaciones de arte
"expandido" son tan integradoras en su apariencia multidisciplinar
como radicalmente singulares y ponen de relieve el progresivo alejamiento de
algunos artistas de las concepciones artísticas fragmentarias, seriales o
difusas de la postmodernidad. Aportando el peso específico de los valores
formales, simbólicos, estéticos y conceptuales de una obra de arte autónoma y
reclamando la especificidad de la autoría artística, estos "dibujos
expandidos" integran cualquier tecnología, medio, soporte o material,
adoptando y vivificando la apariencia de la pintura, la escultura y cualquier
otro registro de las artes visuales. Son, en suma, obras claramente
representativas de un arte multidisciplinar y consciente que devuelve a la
práctica de creación y pensamiento que siempre ha sido el arte no sólo su plena
autonomía sino un inédito alcance.
Los artistas cuyas obras forman parte de la
exposición son:
Kira Ball, Marlon de Azambuja, Bong Chae
Son, Ricard Chiang, Stephen Dean, Aleksandar Duravcevic, Frank Gerritz, Michael
Joaquin Grey, Fernando Gutiérrez, Takehito Koganezawa, James Lambourne, Sol
Lewitt, Noa Lidor, Pep Llambias, Umberto Manzo, Andrea Mastrovito, Matt
Mullican, Julian Opie, Cornelia Parker, Katie Paterson, Antonio Paucar, Imran
Qureshi, Bernardí Roig, Charles Sandison, Seo, Shinique Smith, Frank Stella,
Rui Toscano, Ignacio Uriarte, Pablo Valbuena, Sandra Vasques de la Horra, Mariana
Vassileva y Tom Wesselman.
Sus propuestas artísticas son polisémicas,
propias de una cultura global de mestizaje, cruce e intercambio. Tomando el
testigo de algunos grandes artistas que, avanzados, abrieron vías al discurso
de la expansión (Lewitt, Stella, Wesselmann), la muestra presenta piezas
representativas de artistas cuya producción gravita principalmente en la órbita
del dibujo (Gerritz, Manzo, Mullican, Opie, Parker, Uriarte). Se suman a las de
estos reconocidos renovadores del dibujo contemporáneo, obras que llevan la luz
de la línea a la geometría del espacio (Valbuena) o lo invaden con sus
reflexiones científicas (Seo) y con sus fantasías visuales (Gutiérrez, Ball).
Otras captan las formas y los ritmos espontáneos de la naturaleza y los muestran
sin manipulación alguna (Koganezawa) o se apropian literalmente de ellas para
presentarlas como un desdoblamiento (Chiang). Las hay que ejemplifican la
simbiosis del dibujo con la pintura y la cómplice fusión de sus apariencias (de
Azambuja, Bong Chae Son, Durarcevic, Qureshi, Smith). Y mientras unos llevan a
la escultura el trazo tembloroso del neón (Llambías), otros crean dibujos
efímeros (Lambourne, Lidor, Paucar) que discurren por los muros y los suelos
como una nueva savia. Dibujos que se disuelven y surgen de nuevo en esa ventana
intangible que es una proyección (Grey, Mastrovito), poéticas visiones,
científicas (Patterson, Sandison) o abstractas (Dean, Toscano) de la vida y el
universo. La leve humildad de una hoja de papel encerada (Vasques de la Horra)
o la deriva más allá de la obra a través de una presencia que es en realidad
una idea (Roig)… las obras que narran la expansión del dibujo contemporáneo que
integran esa composición visual que es la exposición “Expanded Drawing 012” son
instrumentos de pensamiento y sensación, analogías de vida y reflexión,
búsquedas y hallazgos, encantamientos y umbrales al descubrimiento, contraseñas
y salvoconductos que nos invitan a sumarnos a ese viaje intelectual, sensorial,
simbólico y metafórico que sólo nos procura el arte."
Pilar Ribal
Comisaria de Expanded Drawing '012
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¹2009: Expanded Drawing 09. DNA Galerie,
Berlín, del 10 de Agosto
al 6 de Septiembre de 2009.
2010: Perspectivas del dibujo contemporáneo.
Galería Isabel Hurley,
Málaga, del 8 de abril al 5 de junio.
2011: Expanding Drawing. Espacio Atlántico
2011. Vigo, del 4 al 8 de
abril de 2011
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"El dibujo es mucho más que un trazo
sobre un papel. «Expanded Drawing», en el Casal Solleric de Palma de Mallorca,
lo ejemplifica en una nueva entrega desde todas las técnicas" (Por Javier Díaz-Guardiola)
http://www.abc.es/20121025/cultura-cultural/abci-arte-expanded-drawing-casal-201210251951.html
http://javierdiazguardiola.blogspot.com.es/2012/11/expanded-drawing-en-el-casal-solleric.html
En una época en la que en el ámbito de las artes plásticas
–parafraseando a Rosalind Krauss y su teoría escultórica
vinculada al espacio– todo se expande menos los presupuestos de las
instituciones, Pilar Ribal, responsable del Casal Solleric desde comienzos de año,
asume como punta de lanza de su programa este mismo concepto de la indefinición
de los límites de las técnicas, aplicado, en su caso, al dibujo.
No es
un capítulo más
Se genera así un capítulo más (aunque bien importante) de Expanded
Drawing, un proyecto que nació de su factura en 2009 en la galería berlinesa DNA (y que volvió a
presentar en Isabel Hurley, en Málaga, y en la edición de la feria Espacio Atlántico, en Vigo, este año), y que, en buena
medida, está llamado a ser un leitmotiv en el centro balear que
ahora dirige para las próximas temporadas. No en vano, considera Ribal que
esta no es una propuesta cerrada, sino que en cada presentación
amplía su discurso y la nómina de artistas, algunos de los cuales repiten ahora
(Fernando Gutiérrez, Pablo Valbuena o Ignacio Uriarte), mientras otros ya empiezan
a gozar de individuales en el Casal (como es el caso de Marta Blasco).
Subraya la comisaria cómo ya nadie duda de la plena
autonomía alcanzada por el dibujo, fruto de la cual su entrada en
ferias, bienales y museos en estos años ha sido fecunda, mientras recuerda el
hecho constatable de haber dejado de ser una técnica limitada al trazo
ejecutado sobre un papel. Consecuencia de esta expansión, el resto de
lenguajes plásticos se han visto «vivificados».
Cuestión de conciencia
La disolución de límites casa a la perfección –según admite
Ribal– con la conciencia del hombre del siglo XXI, bastante más
virtual, evanescente y fugaz que la de sus antepasados, en lo que
mucho han tenido que decir los avances científicos y las nuevas tecnologías.
Sobre estos puntos, de hecho, pivota en gran medida esta nueva entrega de «la
saga» expositiva.
Y no se trata de hacer una selección de 33 artistas
internacionales para analizar su relación con el dibujo y la forma en
la que este contamina otras técnicas. Resulta capital el recorrido
esbozado, los guiños entre las obras elegidas, el deseo de introducir
proyectossite specific (a pesar de, como decíamos, la poca
maniobrabilidad de las instituciones para las labores de producción), que
combinan el deseo de mostrar cierta perspectiva histórica(con una
sala dedicada a los pioneros en el uso del dibujo como técnica expandida, con
potentes obras de Sol Lewitt, Frank Stella y Tom
Wesselmann), y marcar, según avanzamos por las salas, una cierta traslación
entre lo material y lo inmaterial en la naturaleza de la técnica (con acertados
encuentros como los que se producen entreChandelier, «dibujo» a base de
neones de Pep Llambías, que se refleja sobre la superficie del que esboza en dos
dimensiones Aleksandar Duravcevic), sin que ninguna de las dos categorías se
imponga.
En esta partitura bien orquestada se convierten en notas
sobresalientes las piezas de Noa Lidor (que dibuja con sal); Katie Paterson
(que lo hace con música); Umberto Manzo (en el que la acumulación
de papeles generan la obra); las formas lineales de alambre de Cornelia
Parker o las que ejecuta Ricard Chiang con raíces de plantas;
la imbricación con el vídeo deAndrea Mastrovito, Mariana
Vasileva y Fernando Gutiérrez; las enigmáticas propuestas
de SEO (con leads y piedras semipreciosas)
y Takehito Koganezawa (hipnóticas sus bandadas de pájaros con las que
habla de lo natural desde lo virtual); los dictados geométricos y secuenciales
de los mencionados Valbuena y Uriarte, así como la fórmula deStephen Dean,
para el que la temperatura de objetos y cuerpos marcan el cromatismo de sus
audiovisuales.
Y al final del recorrido, la desmaterialización total,
un reencuentro con lo científico con otro mago de la tecnología: Charles Sandison y su vídeo Genoma.
En él, miles de letras –iniciales de las bases que dan lugar al ADN– conforman,
en un sensual e inestable baile, la imagen de un bebé. Bella metáfora con la
que lo real y lo virtual, lo físico y lo inmaterial, se dan la mano,
gracias a un (no tan) simple dibujo.
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